domingo, 27 de febrero de 2011

Hipnosis, ilusionismo y demás

Imagínese a un falso cristiano haciendo muchos falsos milagros a punta de prestidigitación, ilusionismo, hipnosis y no sé cuántas cosas más.
¿Cuántas personas serían engañadas?
¿Se imagina el enorme templo que se habría de construir para dar cabida a las miles de inocentes ovejas?
A todo esto: Hipnotismo, sugestión, prestidigitación, ilusionismo, etc., ¿será a lo que la biblia les llama 'artes mágicas'?
!Que Dios nos libre de los falsos cristianos. En el nombre de Jesucristo, Amén!

lunes, 21 de febrero de 2011

LAS SEÑALES DEL APOSTOLADO

Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros. (2 Corintios 12:12).
Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo. (1 Corintios 1:17).
Estamos tomando versos de las epístolas del apóstol Pablo enviadas a los corintios, ya que afirma que entre ellos fueron hechas las señales de su apostolado.
Podemos tomar como dichas señales los milagros y prodigios y señales hechas por Dios a través suyo (de Pablo).
Otra señal sería su forma de predicar, no con sabiduría de palabras, sino con sencillez.
... y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder.
(1 Corintios 2:4).
Dice la palabra de Dios que Él, abate a los soberbios y da gracia a los humildes.
El apóstol Pablo actuaba con sencillez, sin lucimiento personal.
El Señor Jesús desea que seamos mansos y humildes como Él, y por lo visto, Pablo alcanzó dicho hermoso estado:
Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo. (1 Corintios 11:1).
Comprobémoslo otra vez:
Yo Pablo os ruego por la mansedumbre y ternura de Cristo, yo que estando presente ciertamente soy humilde entre vosotros, mas ausente soy osado para con vosotros. (2 Corintios 10:1).
Porque a la verdad, dicen, las cartas son duras y fuertes; mas la presencia corporal débil, y la palabra menospreciable. (2 Corintios 10:10).
Eso de "la palabra menospreciable" por supuesto que no se refiere a la predicación sino probablemente al modo de predicar del apóstol. Quizá era tan humilde que hasta lo menospreciaban.
Porque nuestra gloria es ésta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios,no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros. (2 Corintios 1:12).
De nuevo aparece la sencillez, o lo que es lo mismo, el no lucimiento personal.
Ojalá esté usted de acuerdo con el siguiente resumen acerca de cuáles son, pues, las señales de apóstol o del apostolado:
  1. Dios hace milagros extraordinarios a través de sus apóstoles.
  2. La predicación base es el evangelio.
  3. En el apóstol queda excluido todo lucimiento personal.
  4. La predicación es sencilla, sin palabrería.



domingo, 13 de febrero de 2011

¿Risa santa?

¿Se ha fijado usted como nos contagiamos los hombres el bostezo, la risa y el llanto?
Note que cuando estamos en algún sitio, un restaurante por ejemplo, al ver y escuchar a los clientes un tanto alejados de nosotros reír, sin saber siquiera por qué se ríen tanto, nosotros también nos reímos. Da risa escuchar la risa.
¿Y cuando alguien bosteza frente a usted? ¿Verdad que también empieza a bostezar?
El llanto de alguna persona hace que se nos rueden las lágrimas.
La mayoría de los seres humanos somos sensibles; y es por eso que, sin tener sueño, ganas de llorar o de reír, ante alguno que lo hace, bostezamos, reímos o lloramos.
Hay personas, de no sé qué denominación que defienden lo que ellas llaman "la santa risa".
¿Cómo es posible que algún predicador al estar hablando, por ejemplo acerca del Maestro Jesús, suelte una sonora carcajada?
¿Se está burlando de lo que predica? ¿Con su risa está queriendo dar a entender que todo lo que expresa en ese momento es una mentira, pura fantasía?
Y los congregados también se ríen. Espero, con todo mi corazón que lo hagan por el motivo antes dicho, es decir, porque da risa que alguien se ría, y ojalá que no sea también en un afán de burla a causa de lo que se está predicando.