jueves, 21 de octubre de 2010

Cómo expulsar al demonio

Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?
Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.
Pero este género no sale sino con oración y ayuno. (S. Mateo 17:19-21).
Para el cristiano, entonces, son tres los requisitos para la expulsión del demonio: Fe, oración y ayuno.
Deseo hacer énfasis en uno solo de los requisitos:
El ayuno... ¿se refiere a dejar de comer?
¿No se referirá más bien al 'otro ayuno´?:
¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?
¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano? (Isaías 58:6-7).
En el ayuno común, el cuerpo está libre de alimentos. En 'el otro ayuno', la consciencia está tranquila, el espíritu está libre de impurezas.
¿Cómo expulsarlo pues de nosotros mismos?
Si Satanás no es un ser físico, entonces no requiere de alimentos físicos. Es un ser espiritual, y por lo tanto necesita alimento espiritual. ¿De qué tipo?
Necesita de porquerías: mentiras, envidia, rencor, lujuria, orgullo, etc. ¿Lo ponemos en ayuno?, ¿cómo? Pues simplemente no alimentándolo.
Al no darle a "nuestro demonio" los alimentos de que se nutre, una de dos: O se sale o se muere de hambre.
Cuando pongo en ayuno al demonio, pongo en ayuno también a mi espíritu: El demonio está ayuno de alimentos que lo nutren y, mi espíritu está ayuno de alimentos que lo perjudican. Y entonces ya estaría preparado para expulsar al demonio de otras personas, siempre en el nombre de Jesús.

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