domingo, 17 de octubre de 2010

¿El demonio también hace milagros?

Hace algún tiempo, en la localidad de quien escribe, una iglesia pentecostal tuvo un programa de evangelización y sanidad. Previo a ello, otro grupo religioso muy conocido anduvo de casa en casa "previniendo" a los habitantes en contra de los pentecostales, ya que, según ellos lo que sucede es que el demonio llena de poder a dichas personas para que efectúen obras de sanidad.
¿Es ello cierto? ¿el demonio puede sanar a alguien? ¿El demonio también hace milagros?
Imaginemos que estamos viendo a un endemoniado. ¿Cómo ve a nuestro endemoniado imaginario, es decir, su aspecto... saludable?
No, sino indudablemente enfermo. ¿Quién lo enfermó? Pues el demonio. ¿Le podrá sanar el demonio?
No creo; si así fuera nos hallaríamos ante una situación muy extraña: el demonio expulsando al demonio, el demonio expulsándose a sí mismo.
Sin embargo, Pablo el apóstol nos dice que el demonio (o sus enviados) si efectúa prodigios:
Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;
inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás,
con gran poder y señales y prodigios mentirosos. (2 Tesalonicenses 2:8-9).
Claramente nos habla de milagros
por completo falsos.
¿Cómo distinguir un verdadero milagro de otro falso?
El verdadero milagro es eso: de verdad. El falso milagro es sólo una ilusión.
Consideremos los dos ejemplos siguientes:
1 Estamos en una sala de teatro con un mago en frente, en el escenario. Nos anuncia que a continuación la sala se va a llenar de agua. Lleva a cabo su ritual sugestivo, y todo el público sin darnos cuenta entramos en un estado de hipnosis.
¿Y qué sucede?
Que "efectivamente" la sala se llena de agua. Nos llega hasta los tobillos, podemos sentirla.
En seguida, nos encontramos a plena consciencia ¡y el agua ha desaparecido!
2 Un siervo del Señor en "nuestro templo", nos dice que Dios va a efectuar una señal; va a llenar de agua la sala principal. Y empieza a suceder, vemos que el agua, poco a poco sube hasta nuestras rodillas y luego, la misma se va.
¿Cuál es la diferencia?
1 La primera "agua" era falsa, puesto que cuando "desapareció" encontramos nuestros tobillos y calzado completamente secos.
2 La segunda agua, verdadera agua, nos ha humedecido hasta nuestras rodillas.
Veamos ahora un ejemplo bíblico:
Pero había un hombre llamado Simón, que antes ejercía la magia en aquella ciudad, y había engañado a la gente de Samaria, haciéndose pasar por algún grande.
A éste oían atentamente todos, desde el más pequeño hasta el más grande, diciendo: Este es el gran poder de Dios.

Y le estaban atentos, porque con sus artes mágicas les había engañado mucho tiempo.
Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.
También creyó Simón mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito. (Hechos 8:9-13).
Creo sinceramente que con lo único que se puede engañar a alguien es con la mentira.
Simón, con sus artes mágicas les había engañado mucho tiempo, o sea que los había engañado con actos de ilusionismo, con falsos milagros. En cambio estaba atónito con los milagros que se hacían, porque eran milagros de verdad.
El principal poder que posee el demonio es el de engañar:
Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. (Apocalipsis 12:9).
No obstante, en ocasiones es muy difícil distinguir los falsos milagros de los legítimos:
Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. (S. Mateo 24:24).
Quizá sea conveniente hacer una última reflexión:
Los falsos milagros, la mayoría de las veces requieren de teatralidad, juegos de luces y sombras, diversos artículos de utilería, etc.
Los verdaderos milagros ocurren en el sitio que sea, sin importar las condiciones existentes.

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