jueves, 28 de octubre de 2010

Reprendiendo al demonio

¿Ha escuchado por ahí algo así como: Sabes qué, demonio, yo te reprendo? O sea que se le dice: "Yo te reprendo", pero no se hace, no se le regaña.
¿Aparece en algún lugar de la biblia algo semejante, es decir, a Jesús o alguno de sus discípulos diciéndole a alguna fuerza de maldad. "Yo te reprendo"?
La verdad es que no. Si no es amonestada dicha fuerza mala, esto sería como decir, por ejemplo: "Yo canto", sin ponerme a cantar.
Al demonio hay que correrlo, neutralizarlo o expulsarlo en el nombre de Jesucristo, ya sea que se le regañe o no.
Porque: ¿Qué tal si llego ante el afectado y le regaño a "su demonio" sin expulsarlo? ¿No resultará peor el remedio que la enfermedad? La única diferencia en aquella persona sería que, antes el demonio no estaba amonestado y ahora sí. Ahora, aparte de que se quedó dentro suyo, quizá esté mucho más enojado ya que se le regañó.
Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora. (S. Mateo 17:18).
E inclinándose hacia ella, reprendió a la fiebre; y la fiebre la dejó, y levantándose ella al instante, les servía. (S. Lucas 4:39).
Acabamos de ver dos reprensiones del Señor Jesús, en las cuales se explica que Él reprendió, pero no aparecen dichas reprensiones. Veamos en seguida tres ejemplos donde aparecen las reprensiones en sí:
Pero Jesús le reprendió, diciendo: ¡Cállate, y sal de él! (S. Marcos 1:25).
Reprensión que incluye la expulsión.
Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él. (S. Marcos 9:25).
De nuevo está incluida la expulsión.
Y Jesús le reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio de ellos, salió de él, y no le hizo daño alguno. (S. Lucas 4:35).
Fijémonos bien en este último ejemplo. La reprensión de Jesús no fue: "Yo te reprendo", sino "Cállate, y sal de él".

No hay comentarios:

Publicar un comentario