domingo, 14 de noviembre de 2010

Hades, Seol, Infierno

¿Hades y Seol es lo mismo?
Porque no dejarás mi alma en el Seol,
Ni permitirás que tu Santo vea corrupción. (Salmos 16:10).
Como podremos ver, esta es una profecía acerca de la resurrección de Cristo Jesús, de acuerdo a lo que nos dice en seguida el apóstol Pedro:
Porque no dejarás mi alma en el Hades,
Ni permitirás que tu Santo vea corrupción.
... viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en al Hades, ni su carne vio corrupción. (Hechos 2:27,31).
Como pudimos ver en las citas anteriores, Hades y Seol es lo mismo.

¿Hades o Seol es igual a Infierno?
¿Jacob tenía miedo de caer en el infierno?
Y él dijo: No descenderá mi hijo con vosotros, pues su hermano ha muerto, y él solo ha quedado; y si le aconteciere algún desastre en el camino por donde váis, haréis descender mis canas con dolor al Seol. (Génesis 42:38).

¿Cristo estuvo en el infierno?
... porque no dejarás mi alma en el Hades... (Hechos 2:27).
Pero la biblia sí narra acerca de alguien en tormentos en el Hades:
Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. (S. Lucas 16:23).
Bueno, pero este Hades o lugar de tormento, ¿va a ser destruido?:
De la mano del Seol los redimiré, los libraré de la muerte. Oh muerte, yo seré tu muerte; y seré tu destrucción, oh Seol; la compasión será escondida de mi vista. (Oseas 13:14).
Quedamos en que Seol y Hades son lo mismo. Y tal parece que efectivamente va a ser destruido.
Quizá sea conveniente recordar en este momento que: el postrer enemigo que será destruido es la muerte. (1 Corintios 15:26).
O sea que la muerte va a ser destruida junto con el Hades... ¿dónde?
Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. (Apocalipsis 20:14).
Tal parece que el infierno por excelencia lo es esta ´muerte segunda´o ´lago de fuego´, pero... ¿el lago de fuego o muerte segunda... es Dios?
Y la apariencia de la gloria de Jehová era como un fuego abrazador en la cumbre del monte, a los ojos de los hijos de Israel. (Éxodo 24:17).
En varios textos de la biblia nos encontramos con que salió fuego de delante de Jehová: Génesis 19:24, Levítico 9:24, Levítico 10:2, etc.
Y por si fuera poco:
Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso. (Deuteronomio 4:24).
Y aún falta:
De la mano del Seol los redimiré, los libraré de la muerte. Oh muerte, yo seré tu muerte; y seré tu destrucción, oh Seol... (Oseas 13:14).
El mismo Dios es, al parecer, la muerte segunda o lago de fuego.
Y la muerte y el Hades (o Seol) fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. (Apocalipsis 20:14).
Los pecadores se asombraron en Sion, espanto sobrecogió a los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas?
El que camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala;
éste habitará en las alturas... (Isaías 33:14-16).
O sea que fuego consumidor, llamas eternas y las alturas son una y la misma situación.
"¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor?"... porque nuestro Dios es fuego consumidor. (Hebreos 12:29).
O sea que es lo mismo que si dijera: ¿Quién de nosotros morará con nuestro Dios?
... ¿Y "las tinieblas de afuera"?
Según el evangelio escrito por Lucas, Jesús dijo en cierto momento: Fuego vine a echar en la tierra; ¿y qué quiero, si ya se ha encendido? (12:49).
O sea que creó un infierno en la tierra: un infierno con fuego espiritual; un infierno que es Verdad, Amor, Justicia, Luz, Vida eterna... un fuego en el cual son destruidos la mentira, el odio, la injusticia, la oscuridad, la muerte... ("Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego").
El Señor dijo también: Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. (S. Juan 12:46).
¿En tinieblas? Sí, en las tinieblas de afuera. El que cree en Él, pasa a donde está la luz, a donde hay fuego, a donde el demonio y la muerte son destruidos.
Quizá pudiéramos concluir que: Hay dos infiernos: uno encendido y el otro apagado:
1.- Lo que para el creyente es el reino de los cielos (el encendido), para los demonios es el infierno. Las tinieblas de afuera (el apagado), en cambio, para el creyente es el infierno, pero para los demonios es el paraíso.
2.- Para los demonios, la llegada de Jesucristo fue un auténtico infierno (encendido): "te conjuro por Dios que no me atormentes", le dijo uno (S. Marcos 5:7). Fue en cambio el reino de los cielos para muchos enfermos, para todas las personas nobles y sencillas que tuvieron contacto con Él. Pero de nuevo un infierno para los orgullosos, prepotentes y pretensiosos como la mayoría de los fariseos y doctores de la ley.

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