lunes, 17 de enero de 2011

Reflexiones VII

EL ESPÍRITU SANTO... Conclusión... ¿Qué hacer?
¿Tiene usted alguna duda, por mínima que sea, de si está o no bautizado en el Espíritu Santo? La gran mayoría de los creyentes estamos bautizados en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, pero estamos bautizados en el agua.
Aquí la pregunta no es si está usted bautizado en el agua, sino en el Espíritu Santo.
El único que nos puede bautizar en su Santo Espíritu es el Señor.
Probablemente a usted ya alguien le impuso las manos, pero...
¿Oró por usted para que recibiese el Espíritu Santo?
¿En lugar de orar por usted, le ordenó que hablase en lenguas?
¿Por qué no congregarse a diario en algún lugar, por lo menos dos o tres hermanos y/o hermanas e insistirle cada día y a cada momento al Dios Todopoderoso?La cuestión ahora sería, ¿congregarse a diario, durante cuántos días?
La biblia no dice durante cuánto tiempo se congregaron aquellos sus primeros discípulos; quizá lo hicieron durante 7, o quizá 10, o tal vez durante 12 días, a lo mejor fue por 24 o por todo un mes.
A mí me da la impresión de que se congregaron a diario durante 40 días.
Veamos a continuación la importancia que hay en esto de 40 días:
  • ... Y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches.
    (Génesis 7:12).
  • Y entró Moisés en medio de la nube, y subió al monte; y estuvo Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta noches. (Éxodo 24:18).
    Y puesto que el pueblo se descarrió, ¿qué hizo Moisés?
    Pues de nuevo:
  • Y él estuvo allí con Jehová cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan, ni bebió agua; y escribió en tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos. (Éxodo 34:28).
  • Y volvieron de reconocer la tierra al fin de cuarenta días. (Números 13:25).

    En cuanto al profeta Elías:
  • Se levantó, pues, y comío y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios. (1 Reyes 19:8).
  • Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.
    Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. (S. Mateo 4:1-2).
  • ... a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios. (Hechos 1:3).
Mire usted y considere esta declaración del Maestro:
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? (S. Lucas 11:13).
Y esta:
Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. (S. Mateo 18:19).
Y aunque, por supuesto que Dios no está sordo, se vale rogarle (S. Lucas 18:7):
¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?

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