lunes, 23 de agosto de 2010

La señal del Hijo del Hombre

La señal de la llegada inminente del Señor parece estar formada por una sierie de elementos completamente naturales: el sol, la luna, las estrellas, varias nubes (en una de las cuales viene Él) y un especial y gran arco iris.

La señal en el cielo
Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos:
Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra. (Génesis 9:12-13).

Veamos otro arco iris
Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores. (Génesis 37:3).
Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí. (Génesis 37:9).
José traía puesta una túnica de diversos colores, lo cual me recuerda al arco iris.
Si interpretamos el sueño de José con una interpretación diferente a la original, veremos que: el sol, la luna y once estrellas "se inclinan" ante el arco iris (José). Esto de que se "inclinan" lo podemos tomar como que es opacado su esplendor o belleza ante la presencia de un arco iris.
Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. (S. Mateo 24:30).
Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. (Apocalipsis 12:1).
Esta gran señal se parece mucho al sueño de José.
En el sueño de José aparecen once estrellas, pero hay que tener en cuenta que él, José, aparte de representar al arco iris, es la estrella número doce.
Una mujer vestida del sol ¿es la nube del Señor? Si la nube está vestida de los rayos del sol, ¿no resulta de ello un arco iris?
Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. (Hechos 1:9).
... los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo. (Hechos 1:11).
Cuando se fue una nube le ocultó.
Tal parece que a su regreso, en cambio, una nube le va a mostrar.

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